MAC/20: Minas y Comunidades

¿quÉ EstÁ Pasando En Tintaya?

Published by MAC on 2005-06-16
Source: www.cooperaccion.org.pe

¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN TINTAYA?

Escribe: José De Echave

www.cooperaccion.org.pe

Hasta hace apenas unos meses en diversos medios se seguía hablando del proceso de diálogo de Tintaya y sus éxitos, siendo sin duda alguna el ejemplo a seguir en un escenario donde los conflictos relacionados con la minería se han seguido reproduciendo.

Sin embargo, en los últimos días las noticias provenientes de la provincia de Espinar son preocupantes: cuando todos pensaban que las tareas en esa provincia alta del Cusco, giraban en torno a la implementación de los convenios firmados; se han registrado hechos de violencia y otra vez se presente un escenario caótico que aparentemente podría traer por tierra todo lo avanzado.

¿Qué viene pasando en Espinar? En primer lugar para entender los recientes hechos, debemos referirnos al complejo mapa de conflictos que se presenta en esa provincia.

Existen por lo menos tres escenarios de conflicto, que van en paralelo y que por supuesto se interconectan, que pueden ser resumidos de la siguiente manera:

- Uno primero, que tiene a la base un conjunto de demandas del conjunto de organizaciones de la provincia. En función de estas demandas es que se firmó el convenio marco en septiembre 2003, por medio del cual BHP BILLITON Tintaya transferiría, durante los cinco primeros años, hasta un máximo del 3% de sus utilidades antes de impuestos y como mínimo un monto fijo anual de un millón y medio de dólares. Estos recursos se deberían utilizar para el financiamiento de proyectos de desarrollo. Firmaron el convenio la casi totalidad de organizaciones representativas de Espinar, incluidas algunas de las que hoy en día lideran la movilización de estos días, que busca desconocer el convenio marco de septiembre 2003 y plantea nuevas demandas.

- Un segundo escenario de conflicto es con las comunidades campesinas del entorno, que han sido directamente afectadas por la llegada de la minería a la zona a comienzos de la década del 80. En función de sus demandas se firmó un acuerdo el pasado 21 de diciembre 2004, por medio del cual la empresa se comprometía a entregar nuevas tierras a las comunidades, un monto de US$ 330 mil por año para financiar proyectos de desarrollo; implementar procesos de monitoreos ambientales participativos. También se identificaron casos que atentaron contra los derechos humanos de comuneros, sobre los cuales se vienen trabajando reparaciones específicas. Hasta el momento de estallar el conflicto, la empresa y las comunidades, apoyadas por organismos no gubernamentales, venían trabajando en la implementación del convenio.

- Un tercer escenario de conflicto gira en torno a la puesta en operaciones de un nuevo depósito de relaves de la empresa en Huinipampa. Los comuneros de esta micro cuenca han manifestado su preocupación por los impactos que puede causar, sobre todo en los recursos hídricos y por su ubicación, ya que se encuentra en una pendiente donde pasa un pequeño río, el Cjuluyomayo. Alrededor de este tema también se han instalado mecanismos de diálogo, que al parecer no terminan de superar las diferencias y calmar las inquietudes de los pobladores de esa cuenca.

Como hemos señalado, las recientes movilizaciones y hechos violentos, giran principalmente en torno a las demandas provinciales y buscan la reformulación radical del convenio marco firmado en septiembre 2003. Uno de los aspectos que más llama la atención es el pedido de una contribución de un monto fijo y anual de 20 millones de dólares.

La propuesta de reformulación fue acordada en asamblea el 17 de mayo y entregada a la empresa el 18 de mayo, pidiendo que la respuesta se de el viernes 20 de mayo en la Plaza de Armas de la ciudad de Yauri.

Las movilizaciones se iniciaron el 23 de mayo, produciéndose de inmediato hechos de violencia lamentables. Los plazos tan cortos, entre la entrega formal de la demanda y las movilizaciones, evidenciaría que no ha habido una verdadera voluntad de diálogo. Nadie en su sano juicio puede pensar que pedidos de esa magnitud pueden ser abordados seriamente en un periodo tan corto.

En este escenario es necesario que se retome cuanto antes la senda del diálogo, que es la que ha permitido lograr avances importantes en la zona de influencia de la mina de Tintaya, que hoy en día corren el riesgo de perderse. Para ello es imprescindible identificar la agenda legítima de la población de Espinar y diferenciarla de las subalternas que pueden responder a otros intereses.

Sin duda es una prueba de fuego para todos los actores que hemos trabajando en esa zona para el establecimiento de relaciones adecuadas entre los diversos grupos, que eviten cualquier forma de marginación y refuercen estrategias de concertación y tolerancia. Esta situación nos obliga a diferenciar con mucha claridad lo que puede ser una demanda justa de propuestas desmedidas, que no guardan proporción con la realidad y que pueden estar jugando con las expectativas de la población.

Esperamos que más temprano que tarde la senda del diálogo será retomada en Espinar y en ese nuevo contexto la experiencia, capacidades, compromisos y alianzas, que se han podido desarrollar en estos últimos años permitirán encontrar una solución y continuar el trabajo por el desarrollo de las comunidades.

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