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Indígena guatemalteca demanda a minera canadiense Hud Bay por asesinato de su marido

Published by MAC on 2010-12-13
Source: AFP, Derechos en Acción, Prensa Libre

La demanda contra las mineras HudBay Minerals y HMI Nickel por el crimen de Adolfo Ich, perpetrado el 29 de septiembre de 2009, fue presentada por Angélica Choc ante la Corte Superior en Toronto, Canadá.

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Indígena guatemalteca demanda a minera canadiense por muerte de su marido

AFP

2 de Diciembre 2010

Una indígena guatemalteca presentó una demanda en un tribunal de Canadá alegando que su marido fue asesinado por un guardia de una mina de capital canadiense en Guatemala, informó el jueves la organización maya Waqib Kej.

La demanda por el crimen de Adolfo Ich, perpetrado el 29 de septiembre de 2009, fue presentada por Angélica Choc ante la Corte Superior en Toronto, Canadá, dijo la organización en un comunicado.

La acción fue presentada contra las mineras HudBay Minerals y HMI Nickel, propietarias del proyecto de níquel Fénix en El Estor, unos 300 km al noreste de la capital guatemalteca, sobre el Caribe.

La querella también va contra de compañía subsidiaria de HudBay, Compañía Guatemalteca de Níquel. "Creemos que Adolfo fue asesinado porque se pronunció en contra de los daños que la compañía minera trajo a nuestras comunidades", dijo la entidad indígena.

Unos 35 municipios guatemaltecos han realizado consultas populares que han rechazado proyectos mineros, pero han sido ignoradas por las autoridades.



DEMANDA ANTE LA JUSTICIA DE CANADÁ POR EL CASO DEL CRIMEN DE ADOLFO ICH


COMUNICADO DE PRENSA Derechos en Acción

1 de diciembre 2010

Anunciamos que Angélica Choc viuda de Ich ha presentado una demanda en La Corte Superior en Toronto, Canadá, porque su esposo Adolfo Ich Chaman, fue brutalmente asesinado por fuerzas de seguridad privada contratadas por un proyecto minero Canadiense en Guatemala. La demanda es en contra de las compañías mineras HudBay Minerals y HMI Nickel, propietarias del proyecto minero de níquel Fenix, localizado en el municipio de El Estor Izabal. La demanda también es en contra de la compañía subsidiaria de HudBay, Compañía Guatemalteca de Níquel, CGN.

El asesinato de Adolfo fue brutal. Fue un ataque sin provocación. Fuerzas de seguridad de la mina reconocieron a Adolfo como un líder de la comunidad, lo persiguieron, lo golpearon, y lo agredieron con machetes antes de disparar a Adolfo en la cabeza. Creemos que Adolfo fue asesinado porque se pronuncio en contra de los daños que la compañía minera trajo a nuestras comunidades.

Hemos presentado esta demanda en Canadá por la conexión directa entre el proyecto minero Fenix y Canadá. La bala que mato a Adolfo fue disparada en Guatemala, pero las decisiones que a la larga llevaron a la muerte de Adolfo fueron hechas en Canadá. Este proyecto minero a sido propiedad de compañías canadienses desde los años sesenta. Actualmente, el proyecto Fenix es propiedad, operado, administrado, financiado y controlado por la compañía canadiense HudBay Minerals. Cortes canadienses deben responsabilizar a compañías canadienses por sus acciones.

Angelica también está llevando esta demanda en Canadá porque desgraciadamente, Guatemala sigue sufriendo mucha impunidad por asesinatos como éste. En dos mil nueve, la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala  informó que, “la tasa de impunidad en Guatemala es noventa y ocho por ciento, con apenas dos de cada cien casos en realidad yendo a la corte.”  Sabemos quien disparo a Adolfo. Fue Mynor Ronaldo Padilla Gonzáles, el jefe de seguridad del proyecto Fenix de la CGN. Un a;o después del asesinato este hombre sigue libre.

Esta será una batalla larga y difícil. Sin embargo, tenemos la esperanza que Angelica y su familia iniciarán un proceso de búsqueda de justicia en Canadá por este horrendo crimen que hasta la fecha sigue en la impunidad.

FAMILIA ICH/CHOC, Abogados Murray Klippenstein y Cory Wanless del Bufete Klippensteins de Toronto, Ontario, Abogado Sergio Manfredo Belteton de Leon, asesor del caso en Guatemala, Como asesor Jurídico del Comite de Unidad Campesina CUC.

Para mas informacion:
En Canada: Grahame Russell, co-director de Rights Action/Derechos en Accion (en español)
info@rightsaction.org
tel: 1 (860) 352-2448
Klippensteins (en ingles)
160 John Street, Suite 300
Toronto, Ontario M5V 2E5



¡Justicidio, no!

Magalí Rey Rosa

Prensa Libre

3 de diciembre 2010

“Yo exijo justicia” fueron las primeras palabras que escuché decir con fuerza a Angélica Choc, antes de romper en llanto mientras narraba cómo las fuerzas de seguridad de la Compañía Guatemalteca de Níquel, subsidiaria de la minera canadiense HudBay Minerals, asesinaron a machetazos y remataron con un balazo a su esposo.

Adolfo Ich era un dirigente de una comunidad maya q’eqchi’, cuyo crimen fue oponerse a la minería por los daños y las violaciones a los derechos humanos que esta causa en su comunidad. Aunque en Guatemala hay un proceso penal por ese caso, Angélica Choc ha presentado una demanda en la Corte Superior de Toronto, Canadá, porque sabe que aquí no va a encontrar justicia, y eso es lo que ella decidió buscar. La viuda de un profesor, que fue brutal y cobardemente perseguido, salvajemente golpeado y asesinado, solo pide ser escuchada; el hombre que dejó huérfanos a sus hijos goza de libertad, defendido por abogados que se desplazan en helicóptero, pagados por la empresa. “Aquí todo queda impune”, dice, con toda razón, la viuda de Adolfo Ich.

La desesperación de esta mujer es un sentimiento demasiado común entre la población guatemalteca. La violencia entre la que vivimos nos impide ver que nos hemos acostumbrado tanto a la cultura de la muerte que ya ni ante el asesinato nos indignamos. La gran mayoría de la población se siente absolutamente indefensa ante un Estado que en lugar de garantizar sus derechos está al servicio de los poderosos. Las atrocidades asociadas a la industria minera, que se cometen en contra del pueblo y el territorio de Guatemala, cuentan con el apoyo y la complicidad solapada de instituciones y sectores importantes, y lo más perverso es que se han asegurado que jamás se hará justicia.

El tema de la minería no aflige a toda la población guatemalteca, el tema de la impunidad sí, pero ambos están conectados precisamente por la forma en que operan. Los funcionarios de gobierno han sido indiferentes, indolentes e ineficaces ante los reclamos de justicia presentados por los afectados por la minería metálica, incluyendo las órdenes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos; sus actuaciones son muy similares a las conductas —retardos, fallos, “lapsus”— de funcionarios y otros “actores” que impiden que culminen con éxito procesos vitales para que se logre justicia. Nuestro “sistema de justicia” nunca ha funcionado, la pretensión es matar toda posibilidad de que alguna vez funcione: justicidio doloso. La Cicig tiene que estar haciendo muy bien su trabajo, para que le dediquen tanto tiempo y tantos recursos a desprestigiarla; como hace Estados Unidos con Julian Asssange acusándolo de escándalo sexual por haber entregado información a la masa engañada. Los poderosos suelen demoler la credibilidad de quien les causa problemas.

Lo que no podemos permitir a quienes financian y participan en este circo es que se desvíe la atención de la sociedad guatemalteca del tema principal: cómo eliminamos esta cultura de la muerte y construimos una cultura de justicia. El trabajo de la Cicig es importante, pero esta desaparecerá en cuanto termine su misión en Guatemala. Y nosotros ¿nos vamos a quedar con este sistema de justicia manipulado por los sectores más oscurantistas de nuestro país? ¿O vamos a reaccionar, como Angélica Choc, para exigir justicia y participar en la construcción de una Guatemala justa y solidaria?

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